Miles
de sensaciones. Cientos de pasiones.
Mi cuerpo a veces deja el corazón al
descubierto. Pero otras, él, permanece bien adentro. Escondido, protegido. Sólo
dispuesto
a estar en contacto conmigo misma.
Él sabe que no lo lastimaré y
mucho menos permitiré que otra persona vuelva a dañarlo, o a dinamitarlo.
Confía en mí, pero a veces me reclama al descuidarlo.
Me pide a gritos que ya
no lo exponga. Que escuche lo que
me dice cada día, cada noche...
Ciertas
veces lo escucho llorar. Me siento culpable de sus penas. Quiero aliviar su
lamento y le prometo que ya no habrá más condenas. Limpio sus lágrimas con un
cuidado extremo.
Veo sus heridas tan profundas y lo comprendo.
Corazón, de hoy en más te hago un juramento: "Pensaré más en vos a la
hora de expresar sentimientos".
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