Sentarme
a escuchar esa voz interior que me dice que es lo que está bien y qué no lo
está.
Esa que no sé si es de mi conciencia o de mi corazón. Creo que se turnan
para hablarme. Para hacerme entender. Sólo quiero encontrar las respuestas
necesarias por mis propios medios.
A veces me cansa escuchar experiencias y
consejos, porque todas, y absolutamente todas las historias, son diferentes.
Simplemente porque no hay dos seres iguales en el mundo.
Sé que por momentos no quiero escucharme a mi misma.
Instantes en los
que siento que mi cabeza se explota. Ahí es cuando me doy cuenta de que solo
soy yo. Nadie puede hacerme daño (ni mis propias preguntas sin respuesta) si yo
pongo mis límites.
Mi juego, mis reglas. Mi vida a mi manera.
El tiempo es mío.
Yo lo hago mío para hacer de él lo que yo quiera.
Entonces me siento a salvo y
en paz con esa voz, ya sea de mi mente o de mi corazón...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario